A lo lejos un gran cuerpo verde amarillo
monumental follaje
en el redondel
la vieja
guardia los plantó allí
da la bienvenida
al marinero
en la costa
del pacífico sur.
Sus troncos algunos
sensuales
de mágico verdor
y formas
de sus ramas
cae y vuela
la hojarasca
seca dando vueltas
cientos de
pequeñas hojas.
Robusto,
gordo y espinoso tronco
extraños gigantes
verdes amarillentos
habitantes del
desierto
singulares reyes
vegetales
como si
fueran de otro planeta.
La playa está
muy cerca
ya se siente
el mar
mientras la
iguana camuflada
pasa como
parte del árbol.
Un bosque de
ceibos
encantadores,
parece que te observan
como que te
quieren decir algo
quieren ser
tus amigos
saludarte y
decirte del reino vegetal
preguntan
por el agua y los arroyos
talvez
alguna lluvia.
Mientras tanto
caen las hojarascas secas
Paulatinamente
hasta el otro invierno
Fertilizando
el piso
Ceibo verde
amarillo como un altar
del cosmos y
el universo
de los mares
y marineros
el que se
ubica a su lado
recibe aire
fresco y sombra de la buena.
Descanso de
gorriones y golondrinas
en el
extremo de sus ramas
penden bolas
purpuras
agregando el
colorido al árbol
de donde brota
la blanquecina lana.
Parecen
barriles, están gorditos
Talvez guardan
agua para pasar el verano.
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