En la madrugada de un día sábado dos o tres individuos sustrajeron seis caballos del hato ganadero de la finca del señor Montes, que se hallaban en un potrero. Los vaqueros quienes utilizaban estos caballos para pastorear, al darse cuenta del robo, comunicaron vía telefónica al señor Montes, quien se encontraba en la capital de la provincia a varios kilómetros de la finca. Luego al término de la distancia y de transcurrido el tiempo en dirigirse a la finca desde la ciudad, al llegar con Kistoforus, un acompañante nos esteramos con más detalles de lo sucedido y salimos en su camioneta a inspeccionar por donde los podían haber sacado. António uno de los vaqueros se dio cuenta de que habían unas huellas de pisadas de los caballos por un sendero de segundo orden de tierra que conduce a la playa anexa a la carretera asfaltada que cruza la finca. En este instante el señor Montes llama a la policía quienes después de un momento llegaron en dos patrulleros. Inspeccionamos el lugar ju